13 oct 2024

Por los suelos

Suelos
Francisco Díaz
Puente editores, 2024

Este pequeño libro, que forma parte de la colección micro de Puente editores, puede leerse como todo un recetario de anécdotas y reflexiones en torno a la figura del suelo. Hay muchos suelos y Francisco Díaz se encarga de viajar de unos a otros a través de las páginas de este entretenido ensayo.


Pese a su importancia en el ámbito de la arquitectura, además de la geografía, la geología... (y todo el resto de disciplinas que empiezan con el prefijo geo-, precisamente aludiendo a la relación con la tierra), no parece haber sido un concepto especialmente central en la historia del pensamiento. Por eso es de agradecer la inquietud del autor por rescatar el protagonismo de su naturaleza, mostrando lo caleidoscópica que puede ser su interpretación. El suelo es fuente de recursos, soporte físico de la civilización y hábitat de la vida que configura el ecosistema con el que interactuamos. No obstante, es también fuente de conflicto, ya sea por la explotación estractivista de sus recursos como por la apropiación especulativa y colonial de sus límites. Todas estas cuestiones son abordadas en el texto.

Tal y como expone el autor, resulta paradójico que siendo el suelo una entidad tan omnipresente, parece que hayamos tejido una construcción simbólica algo periorativa de su esencia. Se ha convertido en metáfora del nivel mínimo de cualquier cosa. Hablamos del suelo como de aquel límite a partir del cual parece que no podemos caer más bajo -todo lo contrario que el cielo, que parece ser la aspiración máxima. Es algo que no queremos ver, por lo que nos preocupa que se tire de la alfombra y quede al descubierto. O desde luego es el lugar por el que nos arrastramos, convirtiéndose en el entorno de nuestros peores momentos.

Con todo, las preocupaciones fundamentales que se perfilan en el texto tienen que ver con la dimensión política del término. La aparición del concepto de propiedad, que conlleva la división y apropiación del suelo, muestra una de las peores derivas del término, convertido en objeto de sometimiento de subalternos por parte de los poderes hegemónicos colonizadores. Se demuestra en buena medida lo cuestionable de las identidades construidas a partir de la conquista territorial. Por citar un ejemplo que el texto menciona, recuerdo haber leído no hace tanto en The Funambulist como Ahmad Barclay explicaba el borrado de Palestina comparando mapas de 1946 y 1951, antes y después de la constitución del estado de Israel en 1948. Siendo un mapa el retrato de un suelo, queda patente su uso y manipulación contemporánea.

Vale la pena repasar los episodios que Francisco Díaz relata de una manera coral en el libro, plagado de citas y referencias tanto eruditas como populares que seguro amenizarán la lectura.

David H. Falagán