Stephen H. Kendall, N. John Habraken
Routledge, 2023
Estudioso y pensador incansable, el arquitecto holandés John Habraken (1928-2023) ha contribuido de manera significativa al desarrollo de estrategias y sistemas de proyecto para una arquitectura abierta y participativa. A lo largo de su carrera profesional, dedicada principalmente a la investigación y la docencia, Habraken promovió de manera persistente una forma de entender la profesión, basada en el trabajo multidisciplinar y la relación directa entre habitantes y profesionales.
Si bien el trabajo de Habraken se ha asociado habitualmente con la propuesta de los Soportes en el ámbito residencial, su obra teórica abarca una dimensión más amplia y menos conocida, que plantea una reflexión multiescalar sobre la evolución de las ciudades y los procesos de transformación del entorno construido. Sus últimos libros, The Structure of the Ordinary (1998), Palladio’s Children (2005) y Conversations with Form (2014), revelan las claves de su pensamiento, fundamentado en la observación de nuestro entorno cotidiano y el estudio de las características inherentes a su orden y evolución. Open Building for Architects (2023), publicado junto con Stephen Kendall, debe entenderse en relación a esta extensa producción intelectual, y se suma a la serie de publicaciones recientes sobre la temática a cargo de la editorial Routledge.
Se trata, por tanto, de un libro fundamentado en una sólida base teórica, pero a la vez concebido con un enfoque práctico y divulgativo. La publicación se organiza en tres partes: una introducción que expone los principios del concepto Open Building; un capítulo central que analiza varios proyectos representativos; y, finalmente, un conjunto de ensayos que profundiza en aspectos teóricos y cuestiones técnicas. Para definir el término Open Building, los autores hacen referencia a una serie de conceptos interrelacionados relativos al medio edificado. En primer lugar, la idea de entender nuestro entorno construido como un organismo vivo, que crece y se transforma, y cuyos elementos se reemplazan según una inherente jerarquía territorial; la habitación, la vivienda, el edificio, el vecindario y la infraestructura urbana forman una estructura multicapa que abarca diversas escalas físicas y niveles de intervención. Segundo, es fundamental reconocer que a cada escala de intervención corresponde una esfera específica de control y responsabilidades profesionales. Desde el trabajo del urbanista hasta el diseñador de interiores, cada nivel sirve de contexto para quienes operan en el siguiente, estableciendo pautas para su diseño. Por último, los autores señalan la importancia de reconocer el valor de la arquitectura anónima del entorno cotidiano, tradicionalmente resultado de la cooperación y el saber compartido entre habitantes y constructores. En los tejidos históricos que admiramos identificamos rasgos, convenciones y tipologías recurrentes que los hacen reconocibles y diferentes. En estos entornos el cambio y evolución se produce en base a estos parámetros y temas compartidos. En definitiva, se trata de plantear una lógica operativa sistemática y flexible a partir de establecer acuerdos entre profesionales y habitantes, y de reconocer ciclos de vida, jerarquías y patrones de diseño en el medio edificado.
La segunda parte del libro analiza una serie de proyectos contemporáneos que ilustran los conceptos explicados. Se presenta así un panorama internacional de catorce casos en total, que abarcan desde la escala urbana hasta la arquitectónica, incluyendo distintas tipologías y usos. Desde la escala urbana, los master planes de Sydhavnen y Katwijk explican las posibilidades asociadas al diseño abierto y la separación de funciones en proyectos a gran escala. El interés de estos proyectos radica en su estructura operativa, que fomenta la colaboración de equipos multidisciplinares en distintas etapas del diseño, a través de la labor de un equipo supervisor que coordina el trabajo de diversos arquitectos en escala edificatoria. En el ámbito de la arquitectura residencial varios proyectos exploran las posibilidades de la separación conceptual entre soporte (infraestructura) y relleno (unidad de vivienda). Se trata de ejemplos que, desde diversas configuraciones, diferencian estas dos etapas en el diseño y construcción del edificio de vivienda, incluyendo al habitante como participante en el proceso. Entre ellos, cabe destacar el emblemático proyecto Next 21 (Osaka), concebido como un gran esqueleto infraestructural de hormigón donde se disponen viviendas de diferentes tamaños y distribuciones; el complejo residencial Tila (Helsinki), un apilamiento de viviendas dúplex entregadas a los usuarios como espacios vacíos para su apropiación; o el proyecto Top-up (Ámsterdam), un contenedor neutro con un núcleo centralizado y una planta libre y diáfana, lista para ser compartimentada. La selección de casos se completa con ejemplos de arquitectura hospitalaria y educativa, mostrando las posibilidades que el diseño abierto ofrece para adaptarse a los avances tecnológicos y requerimientos de estos dos tipos edificatorios.
La publicación termina con cuatro textos que profundizan en aspectos teóricos y metodológicos. El texto "Five Characteristics of the Everyday Built Environment" es un ensayo sumamente sugestivo que ahonda en las características del entorno construido, aludiendo a referencias de la arquitectura histórica en diferentes contextos. Los textos "Capacity Analysis" y "A Detailed Study of Capacity Analysis in Adaptive Reuse" tienen un enfoque práctico. Mediante el uso de retículas y esquemas zonales, se proponen una serie de herramientas que permiten operar en distintos niveles de diseño y evaluar la capacidad de un edificio para adaptarse al cambio. Por último, “How a residential infill industry will change the culture of building” es un texto que entra en el terreno especulativo. Según Habraken y Kendall, la distinción de dos fases constructivas en el proyecto residencial -el Soporte y el relleno-, dará lugar a toda una segunda generación de componentes necesarios para el equipamiento y compartimentación del interior de la vivienda. Se trataría de un mercado abierto de componentes industrializados intercambiables -suelos técnicos, canalizaciones y particiones desmontables-, entre los que los habitantes podrían elegir un paquete completo para su montaje directo en obra.
En definitiva, nos encontramos ante un libro revelador y útil, si bien conviene hacer dos consideraciones. Su contenido tiene principalmente un enfoque práctico y técnico, orientado a promover y mejorar la implementación de procesos abiertos. Por ello, a lo largo del texto se abordan aspectos operativos y organizativos que trascienden otras cuestiones estrictamente disciplinares. Este planteamiento se refleja en los proyectos analizados, cuya selección pone de manifiesto el énfasis en resaltar aspectos metodológicos y procedimentales, a expensas en ciertos casos de otras cualidades arquitectónicas. Igualmente, es pertinente preguntarse sobre la contingencia de los aspectos técnicos de la propuesta y la limitación que supone asociar la implementación de procesos abiertos al uso exclusivo de la alta tecnología. Ciertamente, la evolución de la corriente Open Building desde la década de 1990 muestra cómo la atención al desarrollo de soluciones constructivas especializadas, en pos de cierto determinismo técnico, ha prevalecido sobre los aspectos sociales, urbanos y arquitectónicos, también integrados en la propuesta.
Sea como fuere, se trata de un libro necesario que recupera una visión holística de la vivienda y la ciudad, integrando la esfera social, los valores culturales y técnicos y que combina en su discurso de manera efectiva conceptos y aplicaciones. Su lectura suscitará el interés por el legado teórico de un pensador fundamental, que hasta sus últimos días trabajó por la mejora de la profesión y por fomentar un entorno más inclusivo y sostenible.
Israel Nagore