Engawa (縁側 o 掾側) es la denominación de una pasarela de madera que se conecta con las ventanas y puertas corredizas en los cuartos de las casas tradicionales japonesas. Es un lugar a medio camino entre el interior y el exterior. Y es además toda una interesante rareza en el mundo arquitectónico editorial en castellano.
Puede considerarse a Engawa como una publicación periódica experimental y colectiva. Experimental porque sospecho que ni sus editores tienen plena consciencia del tipo de contenidos que aparecerán en cada número. Colectiva porque se construye con el común de aportaciones que acuden a la invitación de cada número, no siguiendo un "llamado" o guión editorial, sino aceptando la deriva de una provocación sugerente.
El funcionamiento es bien sencillo: un invitado/a propone una imagen de portada (arquitectónica, si la miramos desde los ojos de la arquitectura; polisémica, si nos dejamos llevar) que ha de convertirse en catalizadora de las reacciones narrativas más heterogéneas: artículos, relatos, narraciones visuales, confesiones, reseñas, declaraciones, cuentos, o cualquier otra cosa. Y, por supuesto, es fascinante descubrir todos esos "cualquier otra cosa".
El último número publicado, ya el 27, muestra una imagen propuesta por el fotógrafo José Hevia que nos transporta a un universo de neblina y fantasmas. Provocación que es aprovechada por las colaboraciones para tejer relaciones -literarias, arquitectónicas, artísticas- que gozan de mirar hacia esa niebla para incorporar la ficción de lo que no se ve (o quizás sí).
David H. Falagán
