Kersten Geers
Puente editores, 2021
Seguro que para muchas-os el nombre de Kersten Geers es más que conocido gracias al interesante trabajo que desarrolla junto a David Van Severen en el estudio de arquitectura OFFICE. En este caso, Geers ofrece un documento escrito que explica mucho de su práctica arquitectónica.
Seguro que para muchas-os el nombre de Kersten Geers es más que conocido gracias al interesante trabajo que desarrolla junto a David Van Severen en el estudio de arquitectura OFFICE. En este caso, Geers ofrece un documento escrito que explica mucho de su práctica arquitectónica.
Sin contentido reune un conjunto de textos escritos por Geers durante los últimos 10 años en los que se hacen evidentes las conexiones entre su trabajo intelectual y la práctica arquitectónica de OFFICE. Desde su fundación en 2002, este estudio belga se ha convertido en referencia internacional de la arquitectura contemporánea (difícil de etiquetar) por la impactante simplicidad espacial de soluciones arquitectónicas que confrontan la complejidad del habitar con la esencia geométrica del espacio.
Las referencias con las que construye este universo, y que forman parte de la secuencia de relatos, no son gratuitas. Desde Bramante -reivindicado como negociador entre el clasicismo radical y la complejidad de la realidad- o Scamozzi -identificado como amortiguador entre la arquitectura ideal y las contingencias del lugar-, hasta Mies, Rossi, Stirling o Venturi -en quienes reconoce las estrategias arquitectónicas para gestionar armonías imperfectas de la complejidad omnipresente.
Si tuviéramos que identificar una tesis en el conjunto de los textos, reconoceríamos las mismas inquietudes se repiten en su práctica projectual. Geers reivindica una arquitectura hecha como una secuencia de espacios:
(...) una arquitectura que se concentra en el umbral, tanto interior como entre el interior y el exterior. Una arquitectura sin contenido, pero con el objetivo de enfatizar que su función principal no radica en la manipulación de lo que contine, sino en la simple mediación entre lo que sucede dentro y lo que sucede fuera (...)
Se intuye aquí una reivindicación orgullosa de la arquitectura como herramienta de mediación, imperfecta, compleja. Sin contenido o rebosante de contenidos, según se mire.
David H. Falagán