28 ene 2017

El no-tan-clásico libro de arquitectura

El lenguaje clásico de la arquitectura
John Summerson
Gustavo Gili, 2017 (1963)

La Colección Clásicos de Gustavo Gili empieza el año haciendo honor a su nombre, con un clásico entre los clásicos. Y ello pese a que se trata de un libro cuya gestación no fue nada tradicional: el texto tiene su origen en una serie de guiones que Summerson redactó para un programa de radio emitido por la BBC en 1963. Por eso nos encontramos ante un libro producido con unas expectativas divulgadoras --dirigido de manera accesible a un gran público-- que además fue abundantemente ilustrado con imágenes que en origen acompañaban el folleto producido para las emisiones radiofónicas. Toda una reivindicación de la lectura semática de la arquitectura clásica que, como no, fue especialmente bien recibido por la (entonces) incipiente postmodernidad.




El texto consta de seis capítulos, uno por cada uno de los programas de radio. La secuencia tiene una coherencia absoluta, empezando por una sencilla explicación de la esencia del clasicismo, avanzando cronológicamente a través de las arquitecturas de la Antigüedad, del Renacimiento, del Barroco y del Neoclasicismo y acabando con una lectura de lo clasico en la modernidad. Aquí podríamos introducir el matiz de una doble percepción de la modernidad: la de la edición original de 1963 y la de la segunda edición de 1980. En la primera, Summerson identificaba cualidades clásicas en algunos maestros de la protomodernidad. En la segunda, que amplia brevemente la primera, reconoce en la arquitectura moderna una característica del clasicismo que reivindica desde las primeras páginas de libro: la armonía demostrable entre las partes.

Esa armonía es la que describe en los ordenes clásicos y la que rastrea a lo largo de toda la historia de la arquitectura, convirtiendo el texto en un apetecible viaje de ida y vuelta, de comparaciones nada odiosas, y de descubrimientos sugerentes.

Pero el libro es también uno de los primeros acercamientos a la arquitectura desde una interpretación semiológica --casi se puede decir que inaugura simbólicamente la tetralogía que podrían completar Aprendiendo de Las Vegas. El simbolismo olvidado de la forma arquitectónica de Venturi, Scott Brown e Izenour,  El lenguaje moderno de la arquitectura de Bruno Zevi, y El lenguaje de la arquitectura posmoderna de Charles Jencks. Summerson descifra el simbolismo del clasicismo aportando un notable rigor a su interpretación y, sobre todo, haciéndolo accesible al gran público.

Por otra parte, no se puede dejar de lado el hecho de que Summerson es de los primeros, seguramente junto a Peter Collins en Los ideales de la arquitectura moderna o Emil Kaufmann en De Ledoux a Le Corbusier, que desbordan la interpretación del origen de la modernidad de los clásicos de Pevsner o Banham, acercándolo a un eclepticismo clasicista. La posmodernidad se encargaría después de cruzar significados e interpretaciones para dar un giro a la arquitectura del siglo XX --que sin textos como este sería muy difícil de comprender.

David H. Falagán