Fundació Mies van der Rohe, 2016
Desde 1988, 2881 obras de arquitectura llevadas a cabo por 1728 oficinas en 1186 emplazamientos de 38 países han sido nominadas al Premio Mies van der Rohe. Ahora que la Fundación del mismo nombre celebra su 30 aniversario, todas estas cifras se visibilizan en esta publicación de gran interés (como poco) cuantitativo. | Since 1988, 2881 architectural works carried out by 1728 offices in 1186 sites in 38 countries have been nominated for the Mies van der Rohe Award. Now that the Foundation of the same name celebrates its 30th anniversary, all these figures are visible in this publication of great interest (at least) quantitative.
atlas
noun UK /ˈæt.ləs/ US /ˈæt.ləs/
1. a book containing maps: a road atlas; an atlas of the world
2. a book containing maps showing where particular things are made, found, etc.: a wine atlas; an atlas of British plants
Seguro que muchos de los que lean estas lineas recuerdan haber recorrido fascinados las páginas de los atlas de geografía del colegio, comparando la extensión, la población o el producto interior bruto de decenas de países (por supuesto, sin tener ni idea de lo que era el producto interior bruto...). Hasta no hace tanto los atlas podían considerarse la expresión más nítida de la recolección de datos en la era anterior al big data y al hipertexto digital. El Atlas que publica la Fundación Mies no pretende ser tanto una colección de mapas como un muestrario clasificable y comparable de la producción arquitectónica europea de las últimas décadas.
Se trata de una publicación muy poco convencional --tremendamente sugerente en apariencia pero no tan sencilla de leer como pudiera parecer. No es casual que incorpore una pequeña guía de lectura y una ficha/punto de libro que trata de orientar al lector --probablemente innecesario porque lo que realmente apetece es sumergirse en las páginas del libro a través de los capítulos tipológicos que realmente articulan su estructura. Dentro de cada tipología edificatoria, la secuencia de lectura sigue el orden alfabético de los países participantes, utilizando un código de dimensiones para diferenciar entre nominados, finalistas o ganadores. En definitiva, la codificación es compleja y son tantos los proyectos que la información está muy acotada. Por eso es de agradecer que la publicación en papel se complemente con un magnífico archivo web [http://miesarch.com/atlas] en el que el contenido se dispone de manera hipertextual (la lógica del proyecto) dando acceso a la información específica y completa de cada proyecto.
Es por eso que, sobre todo a partir de la web, se descubre el principal objetivo de la publicación: dar visibilidad al impresionante archivo arquitectónico del que dispone la Fundación Mies a partir de la información aportada por los candidatos al Mies Award. El archivo permite hacer comparaciones, establecer relaciones, formalizar clasificaciones, trazar datos estadísticos o construir lecturas históricas. Se aporta, por tanto, una herramienta muy interesante para conocer los valores innovadores y la evolución de la arquitectura europea contemporánea.
En cualquier caso, no hay que perder de vista dos limitaciones a tener en cuenta para cualquier posible aplicación analítica del Atlas: por una parte, la información que se sugiere a través de las elaboradas tablas y gráficos del texto se concentra en el valor de lo cuantitativo; por otra parte, no siempre los mejores proyectos cuentan con la fotogenia necesaria para ser merecedores de una nominación al premio. Vale la pena tener en mente este tipo de consideraciones críticas para dar el mejor uso posible al Atlas, que, sin duda, puede considerarse una de las aportaciones (analógica y digital) más interesantes del año.
David H. Falagán
Se trata de una publicación muy poco convencional --tremendamente sugerente en apariencia pero no tan sencilla de leer como pudiera parecer. No es casual que incorpore una pequeña guía de lectura y una ficha/punto de libro que trata de orientar al lector --probablemente innecesario porque lo que realmente apetece es sumergirse en las páginas del libro a través de los capítulos tipológicos que realmente articulan su estructura. Dentro de cada tipología edificatoria, la secuencia de lectura sigue el orden alfabético de los países participantes, utilizando un código de dimensiones para diferenciar entre nominados, finalistas o ganadores. En definitiva, la codificación es compleja y son tantos los proyectos que la información está muy acotada. Por eso es de agradecer que la publicación en papel se complemente con un magnífico archivo web [http://miesarch.com/atlas] en el que el contenido se dispone de manera hipertextual (la lógica del proyecto) dando acceso a la información específica y completa de cada proyecto.
Es por eso que, sobre todo a partir de la web, se descubre el principal objetivo de la publicación: dar visibilidad al impresionante archivo arquitectónico del que dispone la Fundación Mies a partir de la información aportada por los candidatos al Mies Award. El archivo permite hacer comparaciones, establecer relaciones, formalizar clasificaciones, trazar datos estadísticos o construir lecturas históricas. Se aporta, por tanto, una herramienta muy interesante para conocer los valores innovadores y la evolución de la arquitectura europea contemporánea.
En cualquier caso, no hay que perder de vista dos limitaciones a tener en cuenta para cualquier posible aplicación analítica del Atlas: por una parte, la información que se sugiere a través de las elaboradas tablas y gráficos del texto se concentra en el valor de lo cuantitativo; por otra parte, no siempre los mejores proyectos cuentan con la fotogenia necesaria para ser merecedores de una nominación al premio. Vale la pena tener en mente este tipo de consideraciones críticas para dar el mejor uso posible al Atlas, que, sin duda, puede considerarse una de las aportaciones (analógica y digital) más interesantes del año.
David H. Falagán
Surely many of those who read these lines will remember the fascination felt as children about the pages of a geography atlas in the school, comparing the extension, population or gross domestic product of dozens of countries (of course, having no idea about what it was The gross domestic product...). Until not so long, an atlas could be considered the clearest expression of data collection from the era before the big data and digital hypertext. The Atlas published by the Mies Foundation is not intended to be as much a collection of maps as a classifiable and comparable catalog of European architectural production in the last decades.
This is a very unconventional publication --highly suggestive in appearance but not as easy to read as it may seem. It is no coincidence that it incorporates a small reading guide and a bookmark that tries to guide the reader --probably unnecessary because what the reader really wants is to get immersed in the pages of the book through the typological chapters that really articulate its structure. Within each building typology chapter, the reading sequence follows the alphabetical order of the participating countries, using a code of dimensions to differentiate between nominees, finalists or winners. In short, the coding is complex and there are so many projects that the information is very limited. That is why it is grateful that the publication in paper is complemented with a magnificent web archive [http://miesarch.com/atlas] in which the content is available in a hypertextual way (the logic of the project) giving access to the specific and complete information of each architectural project.
Here is where, especially from the web, the main objective of the publication is discovered: to give visibility to the impressive architectural archive of the Mies Foundation, based on the information provided by the Mies Award candidates. The archive makes it possible to make comparisons, establish relationships, formalize classifications, draw statistical data or construct historical readings. It provides, therefore, a very interesting tool to know the innovative values and the evolution of contemporary European architecture.
Anyway, we must not lose sight of two limitations to be taken into account for any possible analytical application of the Atlas: on the one hand, the information that is suggested through the elaborated tables and graphs of the text concentrates on the value of the quantitative; on the other hand, the best projects do not always have the necessary photogeny to be worthy of a prize nomination. It is worth bearing these kind of critical considerations in mind in order to make the best possible use of the Atlas, which can undoubtedly be considered one of the most interesting (analog and digital) contributions of the year.
This is a very unconventional publication --highly suggestive in appearance but not as easy to read as it may seem. It is no coincidence that it incorporates a small reading guide and a bookmark that tries to guide the reader --probably unnecessary because what the reader really wants is to get immersed in the pages of the book through the typological chapters that really articulate its structure. Within each building typology chapter, the reading sequence follows the alphabetical order of the participating countries, using a code of dimensions to differentiate between nominees, finalists or winners. In short, the coding is complex and there are so many projects that the information is very limited. That is why it is grateful that the publication in paper is complemented with a magnificent web archive [http://miesarch.com/atlas] in which the content is available in a hypertextual way (the logic of the project) giving access to the specific and complete information of each architectural project.
Here is where, especially from the web, the main objective of the publication is discovered: to give visibility to the impressive architectural archive of the Mies Foundation, based on the information provided by the Mies Award candidates. The archive makes it possible to make comparisons, establish relationships, formalize classifications, draw statistical data or construct historical readings. It provides, therefore, a very interesting tool to know the innovative values and the evolution of contemporary European architecture.
Anyway, we must not lose sight of two limitations to be taken into account for any possible analytical application of the Atlas: on the one hand, the information that is suggested through the elaborated tables and graphs of the text concentrates on the value of the quantitative; on the other hand, the best projects do not always have the necessary photogeny to be worthy of a prize nomination. It is worth bearing these kind of critical considerations in mind in order to make the best possible use of the Atlas, which can undoubtedly be considered one of the most interesting (analog and digital) contributions of the year.