Bruno Munari
Gustavo Gili, 2016 (1972)
Arte, diseño, artes visuales, comunicación visual... El territorio frecuentado por Bruno Munari en sus libros (y su obra) es extraordinariamente diverso y fascinante. Diseño y comunicación visual, el clásico del autor italiano, publicado originalmente hace más de cuarenta años, sigue siendo referencia obligatoria en más de un ámbito disciplinar. Pero por encima de todo, el texto es un manual de pedagogía ineludible para cualquiera que pretenda enfrentarse a un proceso creativo.
Munari fue un personaje singular y polifacético donde los haya. Artista relacionado con el Futurismo en sus años de juventud, fundador del MAC (Movimiento de Arte Concreta) a finales de los 1940, explorador de las propiedades visuales de la luz polarizada y el movimiento en los 1950, realizador cinematográfico experimental en los 1960, investigador de las posibilidades de las estructuras matemáticas e incluso autor de libros infantiles hasta el final de su carrera. Y, entre todo ello, un excepcional pedagogo.
Precisamente Diseño y comunicación visual fue el resultado del taller que el autor impartió en el Carpenter Center for the Visual Arts de Cambridge (Massachusetts) en 1967. En unas condiciones óptimas para la experimentación educativa, Munari planteó un curso lleno de libertada creativa. La premisa de su planteamiento era toda una declaración de intenciones: elaborar un nuevo método de enseñanaza no basado en los antiguos criterios de lo que es bello y feo, sino de lo que es acertado o equivocado según un determinado principio formativo. Dicho de otra manera, coherencia metodológica frente a resultados estéticos.
El esquema principal del curso --y del libro-- se articula en torno a determinadas variables que pueden constituirse como punto de partida para la elaboración de una estrategia creativa. Entre ellas, destacan los enfoques determinados por texturas, formas y estructuras, que el autor expone y el libro recupera a través de un completo catálogo de referentes.
Por más que determinados procesos técnicos enseñados entonces hoy puedan parecernos anacrónicos --circunstancia que el propio Munari preveía-- el enfoque educativo mantiene toda su vigencia. A través de metodologías didácticas muy próximas al pensamiento lateral --en los términos que su contemporáneo Edward de Bono empleaba-- el planteamiento de Munari es sugerente y persuasivo por su capacidad para involucrar el diseño de metodologías del proceso antes que la propia idealización de los resultados.
David H. Falagán