André Tavares
Canadian Centre for Architecture - Lars Müller Publishers, 2016
Si algo nos gusta en Arquilecturas es encontrar autores-as y editores que comparten nuestro entusiasmo por los libros de arquitectura. Por eso es un placer dedicar unas lineas al fantástico volúmen editado por CCA y Lars Müller Publishers que contiene la investigación sumamente sugerente de André Tavares sobre la relación entre libros y arquitectura. | If there is something that we like in Arquilecturas it is to find authors and editors who share our enthusiasm for architectural books. That's why it is a pleasure to dedicate a few lines to the fantastic volume edited by CCA and Lars Müller Publishers containing the highly suggestive research by André Tavares on the relationship between books and architecture.
Seguro que la mayoría de los que leáis estas lineas sois también devoradores de todo tipo de lecturas, no solo de libros de arquitectura. Y, sin embargo, no es difícil de reconocer que en muchos libros de arquitectura habitualmente suceden cosas que no estamos acostumbrados a ver en la mayoría de producciones editoriales --para bien o para mal.
André Tavares plantea una serie de hipótesis que justifican esta singularidad, no solo visible en publicaciones de los últimos años, sino presente desde los mismos inicios de la industria editorial con el desarrollo de la imprenta.
La primera característica que convierte a muchos libros de arquitectura en publicaciones no convencionales es la propia implicación de los arquitectos en los diferentes procesos de la edición. Pese a su conocimiento amateur del medio --y las consiguientes muestras de "torpeza" en deterinados aspectos-- los arquitectos han sido capaces de aportar dos características derivadas de su propia distancia del medio: la ruptura con determinados protocolos editoriales y la comprensión espacial del libro como una pequeña arquitectura.
Desde este punto de vista, Tavares construye la narración demostrando cómo a lo largo de la historia ---que él concentra en libros editados entre 1851 y 1925- se han dado ejemplos de grandes publicaciones dirigidas por arquitectos, que han sido producidas desde razonamientos más arquitectónicos que editoriales. En sus propias palabras:
"Desde su origen, el libro impreso impulsó a los arquitectos a perfeccionar sus conocimientos, a expresar sus ideas en los medios de comunicación más allá de en los propios edificios. Y mientras los arquitectos formalizaban libros, los libros formalizaban su arquitectura. De hecho, las preocupaciones de uno estaban latentes en las producciones de otro. Por lo tanto, cuando un arquitecto crea un libro, conceptos arquitectónicos encuentran su camino en las páginas del libro. Por el contrario, las ideas que subyacen a las páginas de un libro puenden entrar en la mente de un arquitecto para que se manifiesten más tarde a sí mismos en forma construida."
Con sus casi 400 páginas, The Anatomy of the Architectural Book es un viaje de ida y vuelta a esta relación retroalimentada que nos sumerge en las inquietudes arquitectónicas de toda una época.
David H. Falagán
André Tavares plantea una serie de hipótesis que justifican esta singularidad, no solo visible en publicaciones de los últimos años, sino presente desde los mismos inicios de la industria editorial con el desarrollo de la imprenta.
La primera característica que convierte a muchos libros de arquitectura en publicaciones no convencionales es la propia implicación de los arquitectos en los diferentes procesos de la edición. Pese a su conocimiento amateur del medio --y las consiguientes muestras de "torpeza" en deterinados aspectos-- los arquitectos han sido capaces de aportar dos características derivadas de su propia distancia del medio: la ruptura con determinados protocolos editoriales y la comprensión espacial del libro como una pequeña arquitectura.
Desde este punto de vista, Tavares construye la narración demostrando cómo a lo largo de la historia ---que él concentra en libros editados entre 1851 y 1925- se han dado ejemplos de grandes publicaciones dirigidas por arquitectos, que han sido producidas desde razonamientos más arquitectónicos que editoriales. En sus propias palabras:
"Desde su origen, el libro impreso impulsó a los arquitectos a perfeccionar sus conocimientos, a expresar sus ideas en los medios de comunicación más allá de en los propios edificios. Y mientras los arquitectos formalizaban libros, los libros formalizaban su arquitectura. De hecho, las preocupaciones de uno estaban latentes en las producciones de otro. Por lo tanto, cuando un arquitecto crea un libro, conceptos arquitectónicos encuentran su camino en las páginas del libro. Por el contrario, las ideas que subyacen a las páginas de un libro puenden entrar en la mente de un arquitecto para que se manifiesten más tarde a sí mismos en forma construida."
Con sus casi 400 páginas, The Anatomy of the Architectural Book es un viaje de ida y vuelta a esta relación retroalimentada que nos sumerge en las inquietudes arquitectónicas de toda una época.
David H. Falagán
Sure most of those who read these lines are also guzzlers of all kinds of readings, not only architectural books. And yet, it is not difficult to recognize that in many architecture books usually things happen that we are not used to see in most editorial productions --for better or worse.
André Tavares raises a number of assumptions that justify this uniqueness, not only visible in publications in recent years, but present from the very beginning of the publishing industry with the development of printing.
The first feature that makes many architectural books unconventional publications is the actual involvement of architects in the different processes of editing. Despite their amateur knowledge of the media --and the subsequent samples of "clumsiness" in certain aspects-- architects have been able to bring two characteristics derived from their own distance from the medium: the break with certain editorial protocols and the spatial understanding of the book as a small architecture.
From this point of view, Tavares constructs the narrative demonstrating how throughout history --that he focuses on books published between 1851 and 1925-- there have been examples of major publications directed by architects, which have been produced from more architectural than editorial reasonings. In his own words:
"From its inception, the printed book propelled architects to refine their knowledge, to express their ideas in media beyond building. And as architects shaped books, books shaped their architecture. In fact, the preoccupations of one were latent in the productions of the other. Hence, as an architect forms a book, architectural concepts find their way into the book's pages. Conversely, ideas underlying a book's pages might enter an architect's mind to later manifest themselves in built form."
With almost 400 pages, The Anatomy of the Architectural Book is a return trip to this fed back relationship that immerses us in the architectural concerns of an era.
André Tavares raises a number of assumptions that justify this uniqueness, not only visible in publications in recent years, but present from the very beginning of the publishing industry with the development of printing.
The first feature that makes many architectural books unconventional publications is the actual involvement of architects in the different processes of editing. Despite their amateur knowledge of the media --and the subsequent samples of "clumsiness" in certain aspects-- architects have been able to bring two characteristics derived from their own distance from the medium: the break with certain editorial protocols and the spatial understanding of the book as a small architecture.
From this point of view, Tavares constructs the narrative demonstrating how throughout history --that he focuses on books published between 1851 and 1925-- there have been examples of major publications directed by architects, which have been produced from more architectural than editorial reasonings. In his own words:
"From its inception, the printed book propelled architects to refine their knowledge, to express their ideas in media beyond building. And as architects shaped books, books shaped their architecture. In fact, the preoccupations of one were latent in the productions of the other. Hence, as an architect forms a book, architectural concepts find their way into the book's pages. Conversely, ideas underlying a book's pages might enter an architect's mind to later manifest themselves in built form."
With almost 400 pages, The Anatomy of the Architectural Book is a return trip to this fed back relationship that immerses us in the architectural concerns of an era.