Jens Müller
(Hg./Ed), René Spitz
A5 Series /
06 – Lars Müller Publishers, 2014
La Hochschule für Gestaltung (HfG) de Ulm fue una de las plataformas
pedagógicas más determinantes del siglo XX. Como escuela pionera en la
enseñanza del diseño, influyó en gran medida en la definición del perfil
profesional del diseñador que conocemos hoy. El sexto volumen de la publicación
A5 propone una concisa historia de esta escuela. | The Ulm Hochschule für Gestaltung (HfG)
owas one of the most influential educational platforms of the 21st
Century. As a pioneer school in design
education, influenced greatly in
defining the professional profile of the designer that we know today. The sixth volume of the A5 publication offers a
concise history of this School.
La Escuela de Ulm nació en 1953 fruto de la iniciativa de Otl Aicher, Inge Scholl y Max Bill. La propuesta se produjo en el contexto de una Alemania en ruinas tras la II Guerra Mundial, necesitada también de una reconstrucción cultural tras el nazismo. Precisamente los hermanos de Inge Scholl habían sido ejecutados por el régimen nazi, circunstancia que motivó la formación de un primer círculo cultural –que será el que aglutinará intelectuales y permitirá la obtención de la financiación necesaria para la fundación de la Escuela.
René Spitz describe así la actitud formativa de la Escuela: HfG estaba basada en primer lugar en la observación de cómo el histórico proceso de industrialización había transformado el mundo (occidental) en un mundo tecnificado desde mediados del siglo XIX, y, en segundo lugar, en la asunción de que ese mundo podía ser diseñado. Aunque lo que probablemente ha trascendido en mayor medida haya sido un estilo visual e iconográfico, no está de más la reivindicación del auténtico potencial intelectual de la Escuela.
De acuerdo con esta voluntad, se estableció un plan de trabajo muy relacionado con las condiciones de la industria y la comunicación contemporáneas. De hecho, un aspecto que debe reconocerse de la Escuela de Ulm es lo novedoso de su plan de estudios, que incluía dos años de especialización en áreas tan actuales como el diseño de producto, la construcción industrial, la comunicación visual, el cine o la fotografía. En este sentido, el libro incluye descripciones específicas de estas áreas y de sus resultados más conocidos.
Por otra parte, el texto no pasa por alto la “ajetreada” vida interna del centro, plagada de pequeños conflictos, especialmente en torno a la figura de Max Bill. Bill abandonará la Escuela en 1957 dejando su lugar a Tomás Maldonado, personaje más cercano a la sistematización de los procesos de diseño que al papel del diseñador-artista presente durante la etapa de Bill.
No se puede decir que la publicación sea una historia completa, o especialmente crítica. Sin embargo, cumple dos requisitos: por una parte se trata de un acercamiento breve, que retrata la Escuela de manera concisa; por otra parte, tal y como plantea su autor, el relato insinúa los diferentes focos de interés de la Escuela, a modo de aperitivo para posteriores investigaciones más profundas.
David H. Falagán
René Spitz describe así la actitud formativa de la Escuela: HfG estaba basada en primer lugar en la observación de cómo el histórico proceso de industrialización había transformado el mundo (occidental) en un mundo tecnificado desde mediados del siglo XIX, y, en segundo lugar, en la asunción de que ese mundo podía ser diseñado. Aunque lo que probablemente ha trascendido en mayor medida haya sido un estilo visual e iconográfico, no está de más la reivindicación del auténtico potencial intelectual de la Escuela.
De acuerdo con esta voluntad, se estableció un plan de trabajo muy relacionado con las condiciones de la industria y la comunicación contemporáneas. De hecho, un aspecto que debe reconocerse de la Escuela de Ulm es lo novedoso de su plan de estudios, que incluía dos años de especialización en áreas tan actuales como el diseño de producto, la construcción industrial, la comunicación visual, el cine o la fotografía. En este sentido, el libro incluye descripciones específicas de estas áreas y de sus resultados más conocidos.
Por otra parte, el texto no pasa por alto la “ajetreada” vida interna del centro, plagada de pequeños conflictos, especialmente en torno a la figura de Max Bill. Bill abandonará la Escuela en 1957 dejando su lugar a Tomás Maldonado, personaje más cercano a la sistematización de los procesos de diseño que al papel del diseñador-artista presente durante la etapa de Bill.
No se puede decir que la publicación sea una historia completa, o especialmente crítica. Sin embargo, cumple dos requisitos: por una parte se trata de un acercamiento breve, que retrata la Escuela de manera concisa; por otra parte, tal y como plantea su autor, el relato insinúa los diferentes focos de interés de la Escuela, a modo de aperitivo para posteriores investigaciones más profundas.
David H. Falagán
The Ulm School o Design was born in 1953 as a result of the initiative of Otl Aicher, Inge Scholl and Max Bill. The proposal came in the context of Germany in ruins after World War II, also a country needing a cultural reconstruction after Nazism. Precisely Inge Scholl's brothers had been executed by the Nazi regime, a fact that led to the definition of a first cultural circle, which will bring together intellectuals and which allow obtaining the necessary funding for the establishment of the School.
René Spitz describes the formative attitude of the School: HfG was based firstly on the observation that the historical process of industrialization had transformed the (Western) world into a technical one since the middle of the 19th Century, and, secondly, on the assumption that that world could be designed. Although what probably had transcended to a greater extent was the visual and iconographic style, it is worth to claim the intellectual potential of the School.
According to this will, it was established a work plan closely related to the conditions of the industry and contemporary communication. In fact, one aspect that should be recognized at the School of Ulm is the novelty of its curriculum, which included two years of specialization in areas so current as product design, construction, visual communication, film or photography. In this sense, the book includes specific descriptions of these areas and their best-known results.
On the other hand, the text does not ignore the "busy" School inner life, full of small conflicts, especially around the figure of Max Bill. Bill will leave the school in 1957 giving way to Tomás Maldonado, closer to the systematization of design processes than to the role of the designer-artist present during the stage of Bill.
You cannot say that the publication is a complete history, or especially critical. However, it meets two requirements: first, is a brief look, portraying School in a concise way, and moreover, as posed by the author, the book hints at the different points of interest at the School, as an appetizer for further deeper researches.
René Spitz describes the formative attitude of the School: HfG was based firstly on the observation that the historical process of industrialization had transformed the (Western) world into a technical one since the middle of the 19th Century, and, secondly, on the assumption that that world could be designed. Although what probably had transcended to a greater extent was the visual and iconographic style, it is worth to claim the intellectual potential of the School.
According to this will, it was established a work plan closely related to the conditions of the industry and contemporary communication. In fact, one aspect that should be recognized at the School of Ulm is the novelty of its curriculum, which included two years of specialization in areas so current as product design, construction, visual communication, film or photography. In this sense, the book includes specific descriptions of these areas and their best-known results.
On the other hand, the text does not ignore the "busy" School inner life, full of small conflicts, especially around the figure of Max Bill. Bill will leave the school in 1957 giving way to Tomás Maldonado, closer to the systematization of design processes than to the role of the designer-artist present during the stage of Bill.
You cannot say that the publication is a complete history, or especially critical. However, it meets two requirements: first, is a brief look, portraying School in a concise way, and moreover, as posed by the author, the book hints at the different points of interest at the School, as an appetizer for further deeper researches.