Massimo Scolari
The MIT Press, 2012
Es fácil que muchos de los que lean estas líneas asocien el concepto de perspectiva a la lectura que de ella hizo Erwin Panofsky en el mítico La perspectiva como forma simbólica. Durante años, los estudios de representación visual han estado dominados por las interpretaciones de Panofsky. No es mala señal que Massimo Scolari rescate en Oblique Drawing una visión mucho más amplia que discuta la jerarquía de la perspectiva central en la historia. | It is easy for many readers to associate the concept of perspective to Erwin Panofsky’s legendary Perspective as symbolic form. For years, studies of visual representation have been dominated by Panofsky's interpretations. It’s not a bad sign that Massimo Scolari's Oblique Drawing rescue a much broader view to discuss the hierarchy of central perspective in history.
Empezando por Panofsky y sus famosas “conferencias” del Instituto Warburg, podemos recuperar una idea fundamental: en la definición de la perspectiva de cada época tiene más importancia la concepción del mundo que la propia percepción visual.
Esta premisa, llevada a cualquier tipo de representación visual, es compartida por Scolari, quien considera las imágenes no solo como una forma de arte, sino como una forma de pensamiento. Al igual que Panofsky, el acercamiento de Scolari a la representación visual y conceptual es un acercamiento a las manifestaciones filosóficas e ideológicas de cada cultura.
El subtítulo del libro, “una historia de la anti-perspectiva”, ya insinúa una aproximación al tema desde sistemas de representación alternativos, que por otra parte han poblado el imaginario de dibujantes, artistas o arquitectos desde hace más de mil años.
En palabras del propio Scolari: “Durante más de medio siglo, el texto de Erwin Panofsky La perspectiva como forma simbólica ha dominado los estudios de representación visual. Las tesis que contiene han sido discutidas en numerosos escritos, contradiciéndolas o ampliándolas, pero en ningún caso desviando la atención del tema principal: la “proyección central” o perspectiva. Para muchos, esto podría parecer justificado, dada la extraordinaria importancia del renacimiento italiano en la historia de la cultura occidental, pero la hegemonía de la perspectiva ha impedido la consideración de otros métodos de representación igualmente importantes. Incluso un breve examen de la historia de la representación en Occidente mostraría como la “proyección paralela” ha alternado con la “proyección central” al menos en dos ocasiones durante los últimos dos mil años. Se puede encontrar en las representaciones de los vasos griegos clásicos, en los frescos de Pompeya, en los mosaicos bizantinos, en el renacimiento italiano; y se puede encontrar también en el retorno de las proyecciones paralelas en la vanguardia histórica.”
El texto, ilustrado de manera extraordinariamente abundante, demuestra de manera muy gráfica la tesis de Scolari, a la vez que propone un recorrido fascinante a través de diferentes culturas.
David H. Falagán
Esta premisa, llevada a cualquier tipo de representación visual, es compartida por Scolari, quien considera las imágenes no solo como una forma de arte, sino como una forma de pensamiento. Al igual que Panofsky, el acercamiento de Scolari a la representación visual y conceptual es un acercamiento a las manifestaciones filosóficas e ideológicas de cada cultura.
El subtítulo del libro, “una historia de la anti-perspectiva”, ya insinúa una aproximación al tema desde sistemas de representación alternativos, que por otra parte han poblado el imaginario de dibujantes, artistas o arquitectos desde hace más de mil años.
En palabras del propio Scolari: “Durante más de medio siglo, el texto de Erwin Panofsky La perspectiva como forma simbólica ha dominado los estudios de representación visual. Las tesis que contiene han sido discutidas en numerosos escritos, contradiciéndolas o ampliándolas, pero en ningún caso desviando la atención del tema principal: la “proyección central” o perspectiva. Para muchos, esto podría parecer justificado, dada la extraordinaria importancia del renacimiento italiano en la historia de la cultura occidental, pero la hegemonía de la perspectiva ha impedido la consideración de otros métodos de representación igualmente importantes. Incluso un breve examen de la historia de la representación en Occidente mostraría como la “proyección paralela” ha alternado con la “proyección central” al menos en dos ocasiones durante los últimos dos mil años. Se puede encontrar en las representaciones de los vasos griegos clásicos, en los frescos de Pompeya, en los mosaicos bizantinos, en el renacimiento italiano; y se puede encontrar también en el retorno de las proyecciones paralelas en la vanguardia histórica.”
El texto, ilustrado de manera extraordinariamente abundante, demuestra de manera muy gráfica la tesis de Scolari, a la vez que propone un recorrido fascinante a través de diferentes culturas.
David H. Falagán
Starting with Panofsky and his famous "conferences" at Warburg Institute, we can recover a fundamental idea: in the definition of perspective of each era it is more important the worldview than visual perception itself.
This premise, led to any type of visual representation, is shared by Scolari, who sees the images not only as an art form, but as a way of thinking. As Panofsky, Scolari's approach to visual and conceptual representation is a look at philosophical and ideological manifestations of each culture.
Book's subtitle, "a history of anti-perspective", already suggests an approach to the subject from alternative representation systems, which otherwise have populated the imaginary of designers, artists and architects for over a thousand years.
In the words of Scolari: “For over half a century Erwin Panofsky’s Perspective as Symbolic Form has dominated studies of visual representation. A vast literature has discussed the theses it contains, contradicting or amplifying them, but never shifting attention from the main theme: central projection, or perspective. To some this might seem justifies, given the extraordinary importance of the Italian Renaissance in the history of Western culture, but the hegemony of perspective has prevented consideration of other equally important methods of representation. Even a summary examination of the history of representation in the West will show how parallel projection has alternated with central projection at least twice in the past two thousand years. It can be found in representations of classical Greek vases, in frescoes in Pompeii, in Byzantine mosaics, and in the Italian Renaissance, and it can be found in the return of parallel projections in the historical avant-garde.”
The text, extraordinarily illustrated, vividly demonstrates Scolari ‘s thesis, while proposing a fascinating journey through different cultures.
This premise, led to any type of visual representation, is shared by Scolari, who sees the images not only as an art form, but as a way of thinking. As Panofsky, Scolari's approach to visual and conceptual representation is a look at philosophical and ideological manifestations of each culture.
Book's subtitle, "a history of anti-perspective", already suggests an approach to the subject from alternative representation systems, which otherwise have populated the imaginary of designers, artists and architects for over a thousand years.
In the words of Scolari: “For over half a century Erwin Panofsky’s Perspective as Symbolic Form has dominated studies of visual representation. A vast literature has discussed the theses it contains, contradicting or amplifying them, but never shifting attention from the main theme: central projection, or perspective. To some this might seem justifies, given the extraordinary importance of the Italian Renaissance in the history of Western culture, but the hegemony of perspective has prevented consideration of other equally important methods of representation. Even a summary examination of the history of representation in the West will show how parallel projection has alternated with central projection at least twice in the past two thousand years. It can be found in representations of classical Greek vases, in frescoes in Pompeii, in Byzantine mosaics, and in the Italian Renaissance, and it can be found in the return of parallel projections in the historical avant-garde.”
The text, extraordinarily illustrated, vividly demonstrates Scolari ‘s thesis, while proposing a fascinating journey through different cultures.