Elizabeth Collins Cromley
University of Virginia Press, 2010
La comida se ha convertido en los últimos años en un tema muy popular, tratado de manera particular desde diferentes ámbitos: la gastronomía, la dietética, la ecología o incluso la política. Sorprende que todavía hoy sean escasos los estudios que ponen en relación la comida con la arquitectura, especialmente con la configuración de nuestros hogares. | Food has become in recent years a hot topic, particularly treated from different areas: gastronomy, diet, ecology or even politics. Surprisingly there are still few studies that relate the food to the architecture, particularly to the configuration of our homes.
Una de las revisiones más recientes del tema ha sido la que ha llevado a cabo Elizabeh C. Cromley en su libro “The Food Axis: cooking, eating and the architecture of American houses”, publicado por la Universidad de Virginia. En él Cromley, profesora de historia de la arquitectura en Northeastern University, repasa de manera cronológica la evolución de la vivienda en América desde los primeros asentamientos de los colonos europeos.
No se trata de una mirada extensa, sino de un enfoque preciso sobre una función del hogar que Cromley ha definido como The Food Axis (el “eje de la comida”): “utilizo el concepto ‘food axis’ para explorar el modo en que las viviendas evolucionan por el desplazamiento histórico de los usos asociados con la ‘cocina’ o el ‘comedor’”.
Cuando Cromley habla de Food Axis, no se refiere a un eje desde el punto de vista geométrico, sino a la definición de un grupo de elementos que comparten un objetivo o unos intereses. Estos elementos no son otros que los espacios y las funciones del hogar que tienen a la comida como protagonista: los lugares de almacenado, los espacios de procesado, preparación y cocinado y los ámbitos de consumo. Esta mirada permite incluir en este eje a aquellos espacios que a lo largo de la historia han permitido la producción doméstica de alimentos, o aquellos otros destinados a la separación o tratamiento de sus residuos.
En su exploración, la autora identifica la sociabilidad de los miembros de la familia como el principal motivo de la evolución de estos espacios (más allá de los avances técnicos). Su redefinición se produce fundamentalmente por el cambio del papel de la mujer y de la economía del hogar en su conjunto. De una manera gráfica muestra como los espacios de cocinado y consumo se han ido acercando a lo largo de la historia hasta prácticamente integrarse desde la segunda mitad del siglo pasado.
De la misma manera que el “ciclo de la ropa” se ha incorporado al debate de la arquitectura doméstica, el planteamiento de un “eje de la comida” supone un nuevo argumento para replantear el hogar de una manera desprejuiciada y desjerarquizada.
David H. Falagán
No se trata de una mirada extensa, sino de un enfoque preciso sobre una función del hogar que Cromley ha definido como The Food Axis (el “eje de la comida”): “utilizo el concepto ‘food axis’ para explorar el modo en que las viviendas evolucionan por el desplazamiento histórico de los usos asociados con la ‘cocina’ o el ‘comedor’”.
Cuando Cromley habla de Food Axis, no se refiere a un eje desde el punto de vista geométrico, sino a la definición de un grupo de elementos que comparten un objetivo o unos intereses. Estos elementos no son otros que los espacios y las funciones del hogar que tienen a la comida como protagonista: los lugares de almacenado, los espacios de procesado, preparación y cocinado y los ámbitos de consumo. Esta mirada permite incluir en este eje a aquellos espacios que a lo largo de la historia han permitido la producción doméstica de alimentos, o aquellos otros destinados a la separación o tratamiento de sus residuos.
En su exploración, la autora identifica la sociabilidad de los miembros de la familia como el principal motivo de la evolución de estos espacios (más allá de los avances técnicos). Su redefinición se produce fundamentalmente por el cambio del papel de la mujer y de la economía del hogar en su conjunto. De una manera gráfica muestra como los espacios de cocinado y consumo se han ido acercando a lo largo de la historia hasta prácticamente integrarse desde la segunda mitad del siglo pasado.
De la misma manera que el “ciclo de la ropa” se ha incorporado al debate de la arquitectura doméstica, el planteamiento de un “eje de la comida” supone un nuevo argumento para replantear el hogar de una manera desprejuiciada y desjerarquizada.
David H. Falagán
One of the latest revisions of the issue has been done by Elizabeh C. Cromley in her book "The Food Axis: cooking, eating and the architecture of American houses", published by University of Virginia Press. In this book, Cromley, Professor of Architectural History at Northeastern University, looks at housing developments in America in chronological order, from the first settlements of European settlers.
There is not an extensive look, but a precise focus on a home function that Cromley has defined as The Food Axis: "I use the concept 'food axis' to explore the way houses are shaped instead of the usual “kitchen” and “dining room” because of the historical migration of the uses associated with those room names.”
When she speaks about Food Axis, she does not refer to an axis from the geometrical point of view, but to the definition of a group of elements that share a goal or certain interests. These elements are nothing more than the spaces and household functions with food as protagonist: the places of storage, processing areas, preparation and cooking and consumption areas. This look allows including in this axis those spaces that throughout history have allowed domestic food production, or those others for removal or treatment of waste.
In her exploration, Cromley identifies the sociability of the members of the family as the main reason for the evolution of these spaces (beyond technical progress). Its redefinition is mainly due to the changing role of women and household economy as a whole. In a graphic way she shows how the cooking and consumption spaces have been moving along history until became pretty integrated from the second half of the last century.
In the same way that the "Cycling Clothing" has been incorporated into discussion of domestic architecture, the approach of an "Food Axis" is a new argument for rethinking home in an unbiased and dehierarchized way.
There is not an extensive look, but a precise focus on a home function that Cromley has defined as The Food Axis: "I use the concept 'food axis' to explore the way houses are shaped instead of the usual “kitchen” and “dining room” because of the historical migration of the uses associated with those room names.”
When she speaks about Food Axis, she does not refer to an axis from the geometrical point of view, but to the definition of a group of elements that share a goal or certain interests. These elements are nothing more than the spaces and household functions with food as protagonist: the places of storage, processing areas, preparation and cooking and consumption areas. This look allows including in this axis those spaces that throughout history have allowed domestic food production, or those others for removal or treatment of waste.
In her exploration, Cromley identifies the sociability of the members of the family as the main reason for the evolution of these spaces (beyond technical progress). Its redefinition is mainly due to the changing role of women and household economy as a whole. In a graphic way she shows how the cooking and consumption spaces have been moving along history until became pretty integrated from the second half of the last century.
In the same way that the "Cycling Clothing" has been incorporated into discussion of domestic architecture, the approach of an "Food Axis" is a new argument for rethinking home in an unbiased and dehierarchized way.