20 feb 2013

Maneras de mirar

Tentativa de agotamiento de un lugar parisino
Georges Perec
Gustavo Gili, 2012

El viernes 18 de octubre de 1974, a las 10:30 de la mañana, el escritor Georges Perec se sentó en un café de la plaza Saint-Sulpice de París. En su libreta empezó a anotar diferentes cosas que veía: un perro basset, una señora que lleva una caja con un pastel, autobuses llenos y vacíos, un hombre con una maqueta de arquitectura, ventanas con luces encendidas, las campanas que repican. | On Friday, October 18, 1974, at 10:30 am, writer Georges Perec sat in a cafe at Saint-Sulpice Square in Paris. In his book began to write different things he saw: a basset dog, a lady carrying a box with a cake, buses full and empty, a man with a model of architecture, window lights, bells that ring.




Estuvo en diferentes locales de la plaza hasta las 18:45. El sábado y el domingo siguió con su observación descriptiva y el resultado fue el texto Tentativa de agotamiento de un lugar parisino, un breve ejercicio de estilo sobre la mirada.

Perec recurre al método etnográfico para mirar y describir lo cotidiano. Apasionado de los espacios, parte de un emplazamiento singular para ver qué elementos lo integran más allá de los componentes arquitectónicos. Gente, sonidos, vehículos, edificios, mensajes, sensaciones: la vida desfila por las páginas con un lenguaje supuestamente neutro y distanciado, como si Perec fuera un antropólogo que describiera el ritual de una civilización desconocida. Recuperar esa distancia con los lugares o las acciones más familiares permite descubrir mundos nuevos que habitan junto a nosotros, los mil detalles que nuestro cerebro descarta para poder concentrarse en lo que le hemos enseñado que es lo esencial. Perec habría hecho buenas migas con el fotógrafo protagonista de la película Smoke, que cada día capturaba la misma esquina neoyorkina.

Esta Tentativa… sirve para reflexionar sobre la mirada. En un momento Perec se pregunta “¿por qué cuento los autobuses que pasan? Sin duda porque son reconocibles y regulares, recortan el tiempo (…) Lo demás parece aleatorio, improbable, anárquico” y en otro pasaje descubre una grúa recortada en el cielo que “ayer estaba, pero no recuerdo haberme percatado”. El lenguaje usado puede ser neutro, pero la mirada nunca lo es. Cada observador habría reparado en diferentes detalles, habría buscado otros contrastes, y quizás por eso el autor resalta que el agotamiento en la mirada se queda inevitablemente en tentativa. 

Cuando escribe este texto en 1974, Georges Perec es ya un escritor de éxito, conocido por jugar con el lenguaje (la novela La disparution, de 1969, está escrita sin la letra e, la más común en francés), aunque todavía trabaja como archivero en el CNRS. Su obra cumbre, La vida modo de empleo aparecería en 1978. Tentativa… fue publicado originalmente en 1975 en la revista Cause comune, animada por Perec y dedicada al estudio de lo infraordinario, lo cotidiano. En castellano apareció en una versión argentina en 1992 y ahora la editorial Gustavo Gili lo ha recuperado en traducción del arquitecto y escritor Maurici Pla. 

Breve y refrescante, Perec nos señala un tipo de ejercicio de estilo que puede ser muy útil como contrapunto a los procesos creativos habituales, nos recuerda que lo importante de los lugares es la vida que circula por ellos y nos hace pensar en los cuarenta años transcurridos desde que escribiera el texto, cuando por la plaza cruzaba  “un ciclista de telégrafos”.

Isabel Aparici