Yona Friedman
MUSAC + ACTAR, 2011
MUSAC + ACTAR, 2011
No hace muchos años, la figura del arquitecto húngaro Yona Friedman había quedado congelada en las crónicas de los historiadores de las utopías idealistas del siglo XX. Su trabajo, absolutamente interesante e influyente, no había alcanzado la atención histórica que a buen seguro le corresponde. Algunas exposiciones y publicaciones recientes están consiguiendo corregir esta situación. Arquitectura con la gente, por la gente, para la gente es, sin duda, un magnífico ejemplo de este nuevo reconocimiento. | A few years ago, the figure of Hungarian architect Yona Friedman had been frozen in the chronicles of the historians of XXth Century utopian idealists. His job, quite interesting and influential, had not reached the historical attention that surely deserves. Some recent exhibitions and publications are getting to correct this situation. Architecture with the people, by the people, for the people is certainly a great example of this new recognition.
¿Por qué este título? En palabras del propio Friedman, “escogí este título porque parafrasea la definición de democracia de Lincoln, un definición que es justa, pero que muy rara vez se implementa. Si tuviera que dar un calificativo a mi acercamiento a la arquitectura, sería ‘democrático’, en el sentido de la interpretación de Lincoln”. Para Friedman la arquitectura no se concibe sin las personas que la habitan, tanto en su proyecto como en su materialización. La ciudad contemporánea para él debe ser una construcción colectiva, dinámica y participativa.
Su trabajo más conocido, las construcciones en el espacio a las que denominó Ville Spatiale (1959) fueron catalogadas por Reyner Banham como ‘megaestructura’, junto a otras propuestas utópicas de gran influencia como la New Babylon de Constant Nieuwenhuys (1959-1974) o un buen número de trabajos del grupo inglés Archigram. Las características del trabajo de Friedman lo hacían especialmente merecedor de tal calificativo: se trataba de un sistema de doble infraestructura, dotado de un contacto mínimo con el terreno, en el que una gran estructura superior soportaba la ubicación de arquitecturas menores, construidas, modificadas o ampliadas a partir de la participación e iniciativa de sus propios habitantes.
Yona Friedman demuestra con su trayectoria que la relación entre las utopías que poblaron el panorama arquitectónico durante los años 60 del siglo pasado y los activismos artísticos y arquitectónicos es mucho más cercana de lo que pudiera parecer. Su propia evolución profesional le ha conducido progresivamente a simultanear sus planteamientos utópicos (manifestados en diferentes ensayos y publicaciones) con la combinación de acciones artísticas y arquitecturas efímeras. También en esta escala, la participación de las personas en los procesos y la continua evolución de las formas siguen siendo sus prioridades.
El libro publicado por ACTAR como nuevo volumen de la colección Arte y Arquitectura AA del Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León supone una revisión muy acertada de su trayectoria. Principalmente porque el propio Yona Friedman aporta textos y proyectos que resumen su carrera de manera eficiente. Los artículos que completan la publicación, entre los que figuran autores como Kenneth Frampton o Hans Ulrich Obrist, ofrecen una visión panorámica y un recuerdo necesario de la obra de Friedman.
David H. Falagán
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Su trabajo más conocido, las construcciones en el espacio a las que denominó Ville Spatiale (1959) fueron catalogadas por Reyner Banham como ‘megaestructura’, junto a otras propuestas utópicas de gran influencia como la New Babylon de Constant Nieuwenhuys (1959-1974) o un buen número de trabajos del grupo inglés Archigram. Las características del trabajo de Friedman lo hacían especialmente merecedor de tal calificativo: se trataba de un sistema de doble infraestructura, dotado de un contacto mínimo con el terreno, en el que una gran estructura superior soportaba la ubicación de arquitecturas menores, construidas, modificadas o ampliadas a partir de la participación e iniciativa de sus propios habitantes.
Yona Friedman demuestra con su trayectoria que la relación entre las utopías que poblaron el panorama arquitectónico durante los años 60 del siglo pasado y los activismos artísticos y arquitectónicos es mucho más cercana de lo que pudiera parecer. Su propia evolución profesional le ha conducido progresivamente a simultanear sus planteamientos utópicos (manifestados en diferentes ensayos y publicaciones) con la combinación de acciones artísticas y arquitecturas efímeras. También en esta escala, la participación de las personas en los procesos y la continua evolución de las formas siguen siendo sus prioridades.
El libro publicado por ACTAR como nuevo volumen de la colección Arte y Arquitectura AA del Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León supone una revisión muy acertada de su trayectoria. Principalmente porque el propio Yona Friedman aporta textos y proyectos que resumen su carrera de manera eficiente. Los artículos que completan la publicación, entre los que figuran autores como Kenneth Frampton o Hans Ulrich Obrist, ofrecen una visión panorámica y un recuerdo necesario de la obra de Friedman.
David H. Falagán
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Why this title? In Friedman's words, “I chose this title as it paraphrases Lincoln’s definition of democracy, a definition that is just but seldom implemented. If I had to qualify my approach to architecture, I see it as ‘democratic’ in the sense of Lincoln’s interpretation”. For Friedman architecture is unthinkable without the people who inhabit it, both in projecting and materializing. The contemporary city for him must be a collective, dynamic and participatory one.
His best known work, constructions in space which he called Ville Spatiale (1959) were cataloged by Reyner Banham as 'megastructure', alongside other influential utopian proposals as the Constant Nieuwenhuys’ New Babylon (1959-1974) or a large number of works by the British group Archigram. The characteristics of Friedman's work did especially deserve such adjective: it was a dual system infrastructure, which has a minimal contact with the ground, in which a superstructure supported the location of minor architecture, constructed, altered, or extended from the participation and initiative of its own inhabitants.
Yona Friedman shows with his career that the relationship between the utopias that populated the architectural scene in the 60s of last century and the artistic and architectural activism is much closer than it might seem. His own professional development has led progressively to simultaneous utopian approaches (expressed in different assais and publications) and the combination of artistic actions and ephemeral architectures. Also in this scale, the participation of people in the processes and the continued evolution of forms remain priorities.
The book published by ACTAR as a new volume in the Art and Architecture AA Collection for the Castilla and Leon Museum of Contemporary Art and Architecture is a very accurate review of his career. Mainly because the own Yona Friedman adds text and projects that summarize their career efficiently. The articles that complete the publication, which include authors such as Kenneth Frampton and Hans Ulrich Obrist, provide an overview and a necessary reminder of Friedman’s work.
His best known work, constructions in space which he called Ville Spatiale (1959) were cataloged by Reyner Banham as 'megastructure', alongside other influential utopian proposals as the Constant Nieuwenhuys’ New Babylon (1959-1974) or a large number of works by the British group Archigram. The characteristics of Friedman's work did especially deserve such adjective: it was a dual system infrastructure, which has a minimal contact with the ground, in which a superstructure supported the location of minor architecture, constructed, altered, or extended from the participation and initiative of its own inhabitants.
Yona Friedman shows with his career that the relationship between the utopias that populated the architectural scene in the 60s of last century and the artistic and architectural activism is much closer than it might seem. His own professional development has led progressively to simultaneous utopian approaches (expressed in different assais and publications) and the combination of artistic actions and ephemeral architectures. Also in this scale, the participation of people in the processes and the continued evolution of forms remain priorities.
The book published by ACTAR as a new volume in the Art and Architecture AA Collection for the Castilla and Leon Museum of Contemporary Art and Architecture is a very accurate review of his career. Mainly because the own Yona Friedman adds text and projects that summarize their career efficiently. The articles that complete the publication, which include authors such as Kenneth Frampton and Hans Ulrich Obrist, provide an overview and a necessary reminder of Friedman’s work.