The Conversation Series 21
Verlag der Buchhandlung Walther König, Köln, 2009
ISBN: 978-3-86560-093-6 - [19,80€]
Pese a su juventud, Hans Ulrich Obrist es uno de los comisarios de arte y arquitectura contemporáneos de mayor éxito en el contexto internacional. Sus conversaciones con artistas y arquitectos son un testimonio oportuno de las inquietudes y experiencias de los autores de nuestro tiempo. Las charlas que mantuvo con Cedric Price antes de su fallecimiento en 2003 nos acercan a la persona y la obra de este admirado arquitecto británico. | Despite his youth, Hans Ulrich Obrist is one of the curators of contemporary art and architecture most successful in the international context. His conversations with artists and architects are a fit testimony to the authors of our time’s concerns and experiences. The talks he had with Cedric Price before his death in 2003 approach us the person and work of this admired British architect.
Cedric Price nació en la comarca inglesa de Staffordshire en 1934. Tras su paso por la Universidad de Cambridge ingresó en la Architectural Association de Londres, donde años después se convertiría en uno de los profesores más emblemáticos. Su actividad docente se desarrollaría también en el Council of Industrial Design y más tarde en Polyark, la red de escuelas de arquitectura que él mismo fundó.
Price ha sido uno de esos autores legendarios que ha ejercido una profunda influencia sobre los profesionales de las generaciones posteriores a pesar de la brevedad de su obra construida. Podríamos caer en la tentación de comparar su perfil con el de artistas legendarios como Johannes Vermeer, cineastas como Víctor Erice, u otros arquitectos como Jorn Utzon, míticos por haber convertido en obras maestras cada uno de sus poco numerosos trabajos. Sin embargo, en el caso de Price no son sus obras (absolutamente interesantes, al margen de otras consideraciones) las que definen la profundidad de su pensamiento arquitectónico, sino precisamente aquellos proyectos que no pudieron traducirse en experiencias espaciales.
Por eso resulta tan interesante escuchar (leer) de su propia voz los detalles, anécdotas y reflexiones sobre varios de sus proyectos que se rescatan de su conversación con Hans Ulrich Obrist. En primer lugar porque nos presenta a un Price absolutamente cercano, dicharachero, y a la vez convencido y militante de las ideas que lo han convertido en un auténtico arquitecto de culto.
Pero además porque Obrist ha sabido conducir sus conversaciones en busca de la opinión de Price sobre los conceptos que han caracterizado su arquitectura: la técnica, el paso del tiempo, el movimiento y el habitante de la arquitectura. Famoso por varios aforismos míticos (Technology is the answer, but what is the qüestion?) Price nos regala en este texto algunas perlas que conviene guardar con celo (Cities exist for citizens, and if they don’t work for citizens, they die).
El mensaje de Price es directo y efectivo: no nos preocupemos por el diseño de un puente; preocupémonos por cómo ayudar a la gente a cruzar el río.
David H. Falagán
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Price ha sido uno de esos autores legendarios que ha ejercido una profunda influencia sobre los profesionales de las generaciones posteriores a pesar de la brevedad de su obra construida. Podríamos caer en la tentación de comparar su perfil con el de artistas legendarios como Johannes Vermeer, cineastas como Víctor Erice, u otros arquitectos como Jorn Utzon, míticos por haber convertido en obras maestras cada uno de sus poco numerosos trabajos. Sin embargo, en el caso de Price no son sus obras (absolutamente interesantes, al margen de otras consideraciones) las que definen la profundidad de su pensamiento arquitectónico, sino precisamente aquellos proyectos que no pudieron traducirse en experiencias espaciales.
Por eso resulta tan interesante escuchar (leer) de su propia voz los detalles, anécdotas y reflexiones sobre varios de sus proyectos que se rescatan de su conversación con Hans Ulrich Obrist. En primer lugar porque nos presenta a un Price absolutamente cercano, dicharachero, y a la vez convencido y militante de las ideas que lo han convertido en un auténtico arquitecto de culto.
Pero además porque Obrist ha sabido conducir sus conversaciones en busca de la opinión de Price sobre los conceptos que han caracterizado su arquitectura: la técnica, el paso del tiempo, el movimiento y el habitante de la arquitectura. Famoso por varios aforismos míticos (Technology is the answer, but what is the qüestion?) Price nos regala en este texto algunas perlas que conviene guardar con celo (Cities exist for citizens, and if they don’t work for citizens, they die).
El mensaje de Price es directo y efectivo: no nos preocupemos por el diseño de un puente; preocupémonos por cómo ayudar a la gente a cruzar el río.
David H. Falagán
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Cedric Price was born in the English county of Staffordshire in 1934. Following his time at Cambridge University he joined the Architectural Association in London, where years later became one of the most emblematic teachers. His teaching would take place also in the Council of Industrial Design and later in Polyark, the network of schools of architecture that he founded.
Price has been one of those legendary authors that has had a profound influence on later generations of professionals despite the brevity of his built work. We might be tempted to compare their profile with legendary artists such as Johannes Vermeer, filmmakers like Victor Erice, and other architects like Jorn Utzon, having become legendary masterpieces each of its few jobs. However, in the case of Price is not their works (quite interesting, regardless of other considerations) that define the depth of his architectural thought, but precisely those projects that could not be translated into spatial experiences.
Thats because it is so interesting to hear (read) of his own voice details, anecdotes and reflections on several projects that are rescued from his conversation with Hans Ulrich Obrist. Firstly because it gives us quite close to Price, a witty Price, yet convinced and militant of the ideas that have become him a real cult architect.
But also because Obrist has lead talks seeking Price’s opinions on the concepts that have characterized his architecture: technics, time, movement, and inhabitants in architecture. Famous for several mythical aphorisms (Technology is the answer, but what is the question?) Price gives us in this text some pearls that should save jealously (Cities exist for citizens, and if they do not work for citizens, they die) .
Price's message is straightforward and effective: do not worry about the design of a bridge; let’s concern ourselves with how to help people to cross the river.
Price has been one of those legendary authors that has had a profound influence on later generations of professionals despite the brevity of his built work. We might be tempted to compare their profile with legendary artists such as Johannes Vermeer, filmmakers like Victor Erice, and other architects like Jorn Utzon, having become legendary masterpieces each of its few jobs. However, in the case of Price is not their works (quite interesting, regardless of other considerations) that define the depth of his architectural thought, but precisely those projects that could not be translated into spatial experiences.
Thats because it is so interesting to hear (read) of his own voice details, anecdotes and reflections on several projects that are rescued from his conversation with Hans Ulrich Obrist. Firstly because it gives us quite close to Price, a witty Price, yet convinced and militant of the ideas that have become him a real cult architect.
But also because Obrist has lead talks seeking Price’s opinions on the concepts that have characterized his architecture: technics, time, movement, and inhabitants in architecture. Famous for several mythical aphorisms (Technology is the answer, but what is the question?) Price gives us in this text some pearls that should save jealously (Cities exist for citizens, and if they do not work for citizens, they die) .
Price's message is straightforward and effective: do not worry about the design of a bridge; let’s concern ourselves with how to help people to cross the river.