Departament de Composició Arquitectònica UPC, 2011 (2009)
Poco antes de que se cumplieran 10 años de la muerte de Enric Miralles, el Departamento de Composición de la Universidad Politécnica de Cataluña decidió dedicarle un número doble monográfico de su revista DC. El hecho de que en junio de 2011 se haya publicado la tercera edición de esta monografía demuestra que su obra –y su persona– no han perdido una pizca de interés. | Shortly before 10 years after the death of Enric Miralles, the Composition Department at the Polytechnic University of Catalonia decided to devote a monographic double issue of its magazine DC. The fact that in June 2011 has been published the third edition of this monograph demonstrates that his work-and his person- have not lost one bit of interest.
Es difícil referirse a Miralles sin tener presente su muerte prematura, aunque ya no tan reciente. Precisamente, esta primera distancia cronológica es la que ha animado a quienes probablemente fueran compañeros y alumnos de Enric a trazar un interesante conjunto de artículos sobre sus obras.
La publicación arranca con una antología de escritos que son todo un regalo para los fans (que los tenía, y muchos) de este arquitecto catalán. En ellos se destila la compleja personalidad que demostraba en su manera de pensar y hacer arquitectura. La misma poesía que reluce en muchas de sus obras llega a intuirse en algunos de los pasajes.
Es destacable también el fragmento más periodístico de la revista, compuesto por dos entrevistas en las que se consiguen sendos testimonios directos del quehacer del arquitecto. El primero de ellos lo aporta quien fuera su primera compañera y socia, Carme Pinós, coautora de las obras del despacho desde 1980 a 1990. El segundo se debe a Fabián Asunción, colaborador de la oficina EMBT (formada por Miralles y Benedetta Tagliabue) desde 1994. Ambas entrevistas trazan una perspectiva de las obras desde el propio equipo de gestación, testigo de la evolución de las inquietudes teóricas, personales o creativas de Enric Miralles.
El corpus principal de la revista lo completan una decena de artículos que recorren varias de las principales obras del arquitecto, además de temas tan heterogéneos como su tesis doctoral, comentada por el propio Rafael Moneo; o la influencia que pudo tener en su trayectoria la obra del poeta y novelista francés Raymond Queneau, anotada por Maurici Pla. En conjunto es un repaso interesante y bienintencionado que permitirá mantener presente la figura de Miralles y su manera de observar la arquitectura entre las próximas generaciones de arquitectos.
Acotar un croissant no fue tarea fácil. Acotar a Miralles sería imposible e innecesario:
Al medirlo [al croissant], las cotas devuelven la transparencia a esta forma, con todas sus cualidades negativas: incolora, inodora y sin sabor. Y un croissant, la media luna en Argentina, es para ser comido.
David Hernández Falagán
La publicación arranca con una antología de escritos que son todo un regalo para los fans (que los tenía, y muchos) de este arquitecto catalán. En ellos se destila la compleja personalidad que demostraba en su manera de pensar y hacer arquitectura. La misma poesía que reluce en muchas de sus obras llega a intuirse en algunos de los pasajes.
Es destacable también el fragmento más periodístico de la revista, compuesto por dos entrevistas en las que se consiguen sendos testimonios directos del quehacer del arquitecto. El primero de ellos lo aporta quien fuera su primera compañera y socia, Carme Pinós, coautora de las obras del despacho desde 1980 a 1990. El segundo se debe a Fabián Asunción, colaborador de la oficina EMBT (formada por Miralles y Benedetta Tagliabue) desde 1994. Ambas entrevistas trazan una perspectiva de las obras desde el propio equipo de gestación, testigo de la evolución de las inquietudes teóricas, personales o creativas de Enric Miralles.
El corpus principal de la revista lo completan una decena de artículos que recorren varias de las principales obras del arquitecto, además de temas tan heterogéneos como su tesis doctoral, comentada por el propio Rafael Moneo; o la influencia que pudo tener en su trayectoria la obra del poeta y novelista francés Raymond Queneau, anotada por Maurici Pla. En conjunto es un repaso interesante y bienintencionado que permitirá mantener presente la figura de Miralles y su manera de observar la arquitectura entre las próximas generaciones de arquitectos.
Acotar un croissant no fue tarea fácil. Acotar a Miralles sería imposible e innecesario:
Al medirlo [al croissant], las cotas devuelven la transparencia a esta forma, con todas sus cualidades negativas: incolora, inodora y sin sabor. Y un croissant, la media luna en Argentina, es para ser comido.
David Hernández Falagán
It is difficult to talk about Miralles without been present his untimely death, though already not as recent. Indeed, this first chronological distance has encouraged whom probably were students and Enric classmates to draw an interesting set of articles on his work.
The publication starts with an anthology of writings that are a treat for the fans (he had them, and many) of this architect. They distilled the complex personality that showed in his way of thinking and making architecture. The same poetry that shines through many of his works come to sense in some of the passages.
It is also remarkable the most journalistic fragment of the magazine, consisting of two interviews that have achieved two separate direct testimonies on the task of the architect. The first is provided by his former first mate and partner, Carme Pinós, co-author of the works in the office from 1980 to 1990. The second is due to Fabián Asunción, member of the office EMBT (formed by Miralles and Benedetta Tagliabue) since 1994. Both interviews draw a perspective of the work from the team of gestation, witnessing the evolution of Enric Miralles theoretical, personal or creative concerns.
The main body of the review is completed by a dozen articles that cover several major works of the architect, as well as diverse subjects like his doctoral thesis, commented by Rafael Moneo, or the influence they might have on his work by the French poet and novelist Raymond Queneau, recorded by Mauricio Pla. Overall that’s a well-intentioned and interesting review that will keep in mind the figure of Miralles and his way of looking at the architecture into the next generations of architects.
To mark a croissant was not an easy task. To mark Miralles would be impossible and unnecessary:
When measurint it [the croissant], numbers retorn transparency to the form, with all its negative qualities: the lack of color, smell and taste. Because a croissant, o half moon in Argentina, is meant to be eaten.
The publication starts with an anthology of writings that are a treat for the fans (he had them, and many) of this architect. They distilled the complex personality that showed in his way of thinking and making architecture. The same poetry that shines through many of his works come to sense in some of the passages.
It is also remarkable the most journalistic fragment of the magazine, consisting of two interviews that have achieved two separate direct testimonies on the task of the architect. The first is provided by his former first mate and partner, Carme Pinós, co-author of the works in the office from 1980 to 1990. The second is due to Fabián Asunción, member of the office EMBT (formed by Miralles and Benedetta Tagliabue) since 1994. Both interviews draw a perspective of the work from the team of gestation, witnessing the evolution of Enric Miralles theoretical, personal or creative concerns.
The main body of the review is completed by a dozen articles that cover several major works of the architect, as well as diverse subjects like his doctoral thesis, commented by Rafael Moneo, or the influence they might have on his work by the French poet and novelist Raymond Queneau, recorded by Mauricio Pla. Overall that’s a well-intentioned and interesting review that will keep in mind the figure of Miralles and his way of looking at the architecture into the next generations of architects.
To mark a croissant was not an easy task. To mark Miralles would be impossible and unnecessary:
When measurint it [the croissant], numbers retorn transparency to the form, with all its negative qualities: the lack of color, smell and taste. Because a croissant, o half moon in Argentina, is meant to be eaten.